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Tratamiento psicosomático

Tratamiento psicosomatico

Tratamiento del trastorno psicosomático

Los trastornos psicosomáticos probablemente sean uno de los principales motivos de consulta en atención primaria. No obstante factores como la escasa conciencia psicológica acerca del problema, así como la saturación del sistema sanitario en cuanto a especialistas en salud mental, dan lugar a que dichos trastornos sean, en muchas ocasiones, infradiagnosticados y tratados de forma excesiva mediante ansiolíticos y antidepresivos.

Los trastornos psicosomáticos probablemente sean uno de los principales motivos de consulta en atención primaria.

Teniendo en cuenta que los factores psicológicos originan o modifican este tipo de trastornos, el enfoque terapéutico más recomendado es la psicoterapia. Otras técnicas como la modificación de conducta y el entrenamiento en técnicas de relajación pueden ser muy eficaces en algunos casos.

Desde el enfoque de las terapias cognitivo conductuales se han logrado muy buenos resultados a la hora de hacer frente a este tipo de trastornos, sobre todo combinando las técnicas de relajación con otros procedimientos cognitivos, para habilitar al paciente con el fin de que logre controlar sus niveles de ansiedad.

A la hora de intervenir, también pueden ser de utilidad los métodos de manejo del estrés, que aglutinan un amplio conjunto de técnicas. Algunas de las más eficaces son:

  • La práctica de la relajación en situaciones generadoras de estrés.
  • Procedimientos de desensibilización.
  • Aprendizaje discriminativo en relación a situaciones inductoras de activación fisiológica.
  • Entrenamiento en habilidades sociales, asertividad y solución de problemas.
  • Otros procedimientos de reestructuración cognitiva.

En este tipo de trastornos, en la medida de lo posible, conviene evitar los psicofármacos, o al menos acudir antes a psicoterapia, tanto por la escasa eficacia de estos medicamentos, (hay que recordar que no curan, sino que se limitan a paliar ciertos síntomas agravando otros), como por el riesgo de problemas asociados, entre ellos su alto índice de dependencia.

En los casos en que los trastornos psicosomáticos producen graves enfermedades orgánicas, el sujeto debe acudir, además de al psicólogo, al especialista que le corresponda en función de su dolencia, con la finalidad de poner en común todos los factores que intervienen en el inicio, curso o mantenimiento de dicha enfermedad. En estos casos, apostar por un tratamiento interdisciplinar es la mayor garantía de éxito terapéutico.

Se puede concluir afirmando que muchas de las pruebas físicas que se realizan y gran parte de los medicamentos administrados se podrían ahorrar si este tipo de trastornos fueran correctamente diagnosticados. De esta forma las personas que los padecen mejorarían sin necesidad de pasar años de incertidumbre, de especialista en especialista y de tratamiento en tratamiento.