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Fobias

Definición


Las fobias son unos de los trastornos más comunes, se incluyen entre los trastornos de ansiedad y suponen un terror irracional e insuperable ante determinados objetos o situaciones escasamente comprometedores de nuestra integridad.

Las personas que experimentan una fobia son conscientes de lo absurdo de su miedo y lo desproporcionado de sus reacciones, aunque esto no les ayuda a superarlo. Generalmente las conductas de evitación de la situación fóbica interfieren negativamente en la vida de estas personas deteriorando sus relaciones sociales, laborales y familiares. La controlabilidad de la situación es un factor determinante de la intensidad de la reacción.

Tipos


Existen muchos tipos de fobias, tantos como objetos y situaciones son capaces de provocarlas. No es infrecuente padecer más de una. Entre las más usuales están:


Agorafobia: temor a salir de casa o a los lugares abiertos, sitios muy transitados o a todos aquellos donde la persona cree que no va a poder recibir ayuda en caso de necesitarla urgentemente porque le asalte un ataque de pánico, un infarto, o donde pueda perder el control. Estas personas suelen recluirse en sus hogares y para ellos es muy difícil desplazarse hasta la consulta de un profesional. La ventaja en este caso de la psicoterapia online frente a otras es clara, ya que hace llegar la ayuda que necesitan hasta el espacio en el que se sienten más seguros.


Aracnofobia: fobia a las arañas. Una de los más frecuentes en general, aunque la proporción entre las mujeres es mucho mayor. La ansiedad se puede disparar incluso ante una fotografía del insecto.


Acrofobia: miedo a las alturas. Es mucho más grave que el vértigo común, quienes lo padecen evitan subir en el ascensor o aproximarse a ventanas y balcones a partir de un tercer o cuarto piso.


Aerofobia: fobia a volar. Aunque la mayoría de las personas experimentan cierta inquietud en ciertos momentos del vuelo, quién padece este tipo de fobia se ve invadido por la ansiedad incluso meses antes de tener que realizar un inevitable viaje en avión.


Claustrofobia: miedo a los espacios cerrados por un temor irracional a quedar atrapado en ellos. Estas personas evitan por todos los medios los ascensores, el metro, los túneles, etc.


Fobia social: miedo excesivo a ser evaluado negativamente por los demás. Las personas que padecen esta fobia temen ponerse en ridículo o vivir una situación embarazosa sin motivo aparente, por lo que tratan de evitar aparecer en cualquier evento social y experimentan gran ansiedad ante estas situaciones o su perspectiva, con lo que ven gravemente perjudicado su funcionamiento laboral, social y académico.

Existe muchas más fobias: a los animales, a animales concretos, a enfermedades concretas (diferenciar de trastorno hipocondríaco), a la muerte, a los materiales, a los líquidos, al polvo, a los teléfonos, al colegio, a los relámpagos, a los jóvenes, al sexo, al ajo, etc. La psicología cognitivo-conductual diferencia para el tratamiento entre cada fobia, suele relacionar su origen con algún primer acontecimientos traumáticos en el que se implica el objeto; crisis de pánico que se vinculan a una situación u objeto presente y que pasarán a ser temidos (miedo a la reacción de miedo); y advertencias o informaciones que relacionan un objeto o situación con el peligro. Ciertamente algunos de los objetos, animales o situaciones temidos en las fobias pudieran haber supuesto una grave amenaza en algún momento de la historia humana, pero nada que justifique las reacciones de pánico en la actualidad.

Tratamiento


En cuanto a la intervención, se trata de explicar al sujeto los mecanismos de adquisición de la fobia y su mantenimiento, para posteriormente exponerlo de forma progresiva al objeto temido buscando su habituación y que consiga vencer el miedo disminuyendo la ansiedad inicial.
La psicología dinámica afronta las fobias sin hacer distinciones por su objeto temido, sino como un síntoma estructural de un mismo trastorno, la histeria de angustia. Según esta teoría, la fobia es una suerte de mecanismo de defensa que transformaría una ansiedad intolerable, debida a un conflicto emocional profundo, en miedo a algo concreto, y permitiría al sujeto desviar su atención del verdadero problema (reprimido) para seguir adelante sin enfrentarlo. Esto explicaría una reacción de terror desproporcionada ante un objeto ridículo como por ejemplo una pluma. En la terapia psicoanalítica, en lugar de buscar la habituación mediante la exposición al objeto, se trata de lograr que el sujeto tome conciencia de esta vinculación y enfrente el auténtico problema para que la fobia desaparezca.